Adjumani: retratos de refugio, dignidad y convivencia

Una exposición sobre el refugio en el Distrito de Adjumani (Uganda)

Esta muestra virtual recoge las historias de vida, dignidad y convivencia de distintas personas refugiadas procedentes de Sudán del Sur. Historias que reflejan los obstáculos que han encontrado desde que partieron de sus hogares, pero también nos cuentan sus experiencias de superación, resiliencia y lucha. Te invitamos a conocer los testimonios de Poni, Aluel, Gune, Jork, Sabina, Okello, Geofrey, Ruba, Dudu y Alafi.

Una iniciativa de Farmamundi, en colaboración con la ongd ugandesa EMESCO, con quien cumplimos una década de trabajo conjunto contribuyendo al acceso a medicamentos, la atención primaria en salud y de emergencia, la formación a promotoras y promotores de salud, y el refugio a poblaciones desplazadas.

En Uganda, a 31 de Mayo de 2021, había 1.494.505 personas refugiadas:

En Adjumani no existen zonas cercadas, ni muros, para la población refugiada, sino que viven junto a la población autóctona. Al llegar, las familias reciben terrenos para vivir y cultivar, y tienen acceso servicios sociales básicos.

A la población refugiada también se le anima a integrarse con la población autóctona. Así se favorece la cohesión social y los lazos de vecindad entre grupos étnicos culturalmente diversos. Esta inclusión fomenta, sin duda, una sociedad más justa e igualitaria.

Esta política de refugio tan integradora no se limita a Adjumani. Uganda ha sido elogiada por tener una de las políticas de refugio más generosas y solidarias del mundo, a pesar de la pobreza que sacude al país.

Y es que Uganda y Sudán del Sur son dos de los países considerados más pobres del mundo y con una corta esperanza de vida (60 y 57 años, respectivamente). En Adjumani, la esperanza de vida desciende a 41 años.

Existe la falsa creencia de que los países ricos son los mayores receptores de personas refugiadas. Sin embargo, los datos demuestran que los países con menos recursos son los que acogen a un mayor número de personas.

Uganda en 2019 era el cuarto país receptor de personas acogidas, según ACNUR, a pesar de su tasa de pobreza y el colapso de su sistema sanitario por la gran incidencia de problemas de salud como la mortalidad materna, la desnutrición infantil, la malaria o el VIH, entre otros.

No obstante, los esfuerzos del país se están centrando en proteger el derecho a la salud de su población local y de las personas refugiadas, destinando sus limitados recursos a poner en marcha estrategias y acciones para garantizarlo.

Como sucede en Adjumani, la solidaridad internacional y la acción humanitaria son claves para asegurar el bienestar y la salud de todas las personas y poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Defender el refugio para

Volver a tener un hogar

Reparar el bienestar y la salud

Aprender de la resiliencia

Solidarizarte y contribuir a la justicia global

Retratos del refugio en Uganda

“Queremos seguir estudiando para conseguir nuestros sueños”

“Tenemos que darnos la oportunidad de huir del círculo de la violencia"

"Me tranquiliza que haya organizaciones acompañando mi embarazo"

“Hay mucha escasez de servicios sanitarios y medicamentos”

“Utilizamos diferentes rutas para sobrevivir y llegar a salvo”

“Las personas refugiadas han traído muchos beneficios a la comunidad”